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jueves, junio 18, 2015

Hiperhidrosis y bromhidrosis tras laser de depilación

Es curioso, pero existen casos publicados de pacientes que desarrollan hiperhidrosis tras laser de depilación. En un artículo publicado recientemente, en abril, se refiere el caso de un paciente que desarrolló una bromhidrosis generalizada (mal olor corporal asociado a hipersudoración) tras cuatro sesiones de depilación corporal total combinando láser alejandrita y diodo. Unos días después, el paciente presentaba un olor fétido generalizado, resistente a los desodorantes habituales y antitranspirantes de cloruro de aluminio. Entre los posibles mecanismos de producción se barajan: la activación/ alteración de bacterias de la flora cutánea, disfunción de las glándula sudoríparas, alteraciones de los receptores hormonales de las glándulas sudoríparas y factores genéticos.


Referencia:
Helou J, Haber R, Kechichian E, Tomb R. A case of generalized bromhidrosis following whole-body depilatory laser. J Cosmet Laser Ther. 2015 Apr 6:1-3.

jueves, enero 08, 2015

La hiperhidrosis como enfermedad, ¿ante qué tipo de enfermedad estamos?

Acabo de leer el abstract (resumen) del último artículo indexado en la base de datos Pubmed sobre hiperhidrosis: Single port thoracoscopic sympathectomy for primary palmar hyperhidrosis in adolescence, de Günal N et al, publicado en la Turkish Journal of medical sciences. En él se puede leer cómo realizan la simpatectomía (intervención quirúrgica para la hiperhidrosis) a 7 adolescentes, 4 chicas y 3 chicos con una mediana de edad de 16 años, con hiperhidrosis palmar. Refieren un resultado satisfactorio en todos los casos, con una sudoración compensatoria leve en 4 de los pacientes (en el abstract no se precisa en cuánto tiempo tras la intervención se valoró la sudoración compensatoria). Al no poder acceder al artículo completo, también desconozco si en este caso la simpatectomía se indicó tras haber fracasado los otros tratamientos disponibles, o no.

La cirugía, la simpatectomía toracoscópica, es uno de los tratamientos disponibles para la hiperhidrosis palmar, siendo el último escalón indicado por la Sociedad Internacional de Hiperhidrosis para el abordaje de la misma. Siempre que veo esta opción de tratamiento indicada en gente tan joven, me surge la misma duda, llamémosle...duda moral, o como os guste más. 

Cuando pienso en la hiperhidrosis como enfermedad, la veo más como una enfermedad mental, y aunque esto puede sonaros raro, os lo voy a explicar. Si consideramos la enfermedad según su definición, como una alteración de la salud, vemos que la hiperhidrosis no altera para nada la salud física. Podemos decir que físicamente es algo molesto, desagradable, pero no repercute en la salud física, exceptuando que las condiciones de humedad pueden hacer que la piel se macere y fisure, creando una puerta de entrada para gérmenes y que desarrollemos una infección local. Ese es el único punto en el que acepto que la hiperhidrosis pueda tener una repercusión física. Ahora bien, aunque la humedad predisponga a esto, supone simplemente un aumento de la probabilidad de padecerlo, pues en mi caso os aseguro que desde los 12 años que tengo hiperhidrosis en los pies, jamás he tenido una tinea pedis, por ejemplo (pie de atleta, como es vulgarmente conocido). Por tanto, sin divagar más, la salud que realmente se ve afectada por la hiperhidrosis es la salud mental. Y aunque sé que esto puede levantar ampollas, porque cada uno tiene su opinión en todas estas "condiciones" que aunque tengan una base anatomofisiológica, su repercusión es puramente psicológica... Por supuesto que existe una alteración corporal que hace que nuestra secreción de sudor sea inadecuadamente excesiva, pero la que se ve dañada en última instancia es la mente. Estoy convencida de que si un problema está en la mente, la misma mente puede solucionarlo. Probablemente, y con la evidencia científica actual, no voy a poder modificar totalmente la alteración funcional de mis glándulas sudoríparas. No voy a decir que exclusivamente con el pensamiento puedas solucionar este problema, porque me estaría metiendo en un terreno pseudocientífico en el que no me interesa pelear, pero estoy convencida de que cuando padecemos un problema que afecta a nuestra mente, tenemos una oportunidad única para poder trabajar con ella, y quién sabe las maravillas que podemos conseguir...La ciencia tiene que estar al servicio del ser humano, y no al revés, y por lo que aquí abogo es por aprovechar la magia de nuestra mente, aún tan desconocida.

¿Os preguntaréis todavía cuál era la duda que este tipo de artículos siempre me plantean? Pues con lo que antes os he expuesto, me pregunto si la adolescencia es un buen momento para hacer la simpatectomía. Yo no dudo de eso de  "muerto el perro se acabó la rabia" , pero creo que si los problemas mentales se tratan solo con técnica, y no se trabaja con la mente, incluso cuando "anatomofisiológicamente" se consigan solucionar, habremos perdido una espléndida oportunidad de conseguir algo mucho más grande. Espero que entendáis lo que quiero transmitir y no lo veáis como un ataque a la ciencia médica, a lo que he dedicado gran parte de mi tiempo durante estos últimos diez años, y que admiro profundamente. Como veis, he hablado de problemas puramente mentales, es absurdo decir que enfermedades que ataquen a nuestro organismo se puedan curar con la mente, ojalá fuera así y estoy convencida de que la mente juega un papel fundamental para fortalecer nuestro cuerpo, pero es una locura plantear que si tenemos un cáncer no hagamos nada y lo curemos con nuestro pensamiento, o que si me rompo una pierna conseguiré poner los huesos en su sitio sin tocarlos...Aunque creo que ha quedado clara mi explicación, pongo esto aquí también para que nadie se confunda con mis palabras y haga tonterías. 

Os dejo con una frase de la película The Imitation Game, que sin decir nada, dice mucho: "A veces la persona que nadie imagina capaz de nada es la que hace cosas que nadie imagina".

miércoles, enero 07, 2015

Mi vida con la hiperhidrosis en 2015: Hay que actuar cuanto antes.

Es bonito poder decir actualmente, hoy, en el año 2015 que acaba de empezar, que la hiperhidrosis no supone ya para mí un problema crucial. He conseguido entender las claves de este proceso, comprender en qué consiste y cómo afecta a  mi cuerpo y cómo ha llegado a condicionarme, y he aprendido a convivir con algo que a veces ni recuerdo que existe. Es así, lo que en la adolescencia suponía un problema mayor, ahora a los 28 años me parece algo tan insignificante como para tener siquiera un papel protagonista en mi vida.

Comencé este blog a los 20 años, y a veces creo que ni soy la sombra de lo que era entonces. Aquella persona tenía virtudes valiosas e ilusiones que con el tiempo se han atenuado, pero también poseía defectos que (casi al cien por cien) he conseguido corregir. Aquella chica de 20 años aún se parecía más a la de los 16 que a la que soy ahora, creo que seguía siendo una adolescente vital, enérgica, extremista, irascible y bastante enfadada. Quitando todo lo negativo que martirizaba mi existencia, con unos cuantos años de devenir y experiencias, queda la persona que hoy soy, alguien cuyo sufrimiento es infinitamente menor y su paciencia infinitamente mayor.

Y por eso la hiperhidrosis hoy para mí no significa nada, no voy a renunciar a vivir por algo que está limitado a mi cuerpo, pues mi mente y espíritu son mucho más fuertes. Por esto creo, que el problema de la hiperhidrosis, como tantas otras cosas que afectan al desempeño normal de la vida o a la estética del individuo, es necesario atajarlo cuanto antes. Este problema va a afectar a la persona, pero el modo en que la afecte va a depender de distintos factores. En primer lugar, los rasgos de personalidad del niño van a determinar mucho su modo de afrontar el problema. Yo de pequeña era una niña introvertida, me ensimismaba con mis cosas y mi cabeza era un hervidero de fantasías. Para mí fue complicado aceptar y comunicar mi problema, porque era muy sensible y eso me hacía débil. En segundo lugar, es determinante tu entorno, ya que sin duda afecta al desarrollo de la personalidad y te condiciona infinitamente más que cualquier gen. Yo tuve la sensación de vivir una infancia y una adolescencia solitarias, en la que nadie me comprendía y en la que esperaba que llegara algo o alguien que por fin lo hiciera. Por supuesto que había otras cosas que me ocurrían, pero la hiperhidrosis fue la gota que colmó el vaso y sé que a veces he considerado que era la culpable de todos mis males. Los que habéis padecido hiperhidrosis, y habéis sufrido por ello, entenderéis lo que os digo.

Lo que quiero decir con todo esto es que no me gustaría que el niño o niña que empieza a sentir que le suden en exceso las manos, los pies, tenga que padecer y vivir un camino solitario. Así que si tú eres adolescente y me estás leyendo, o eres un padre o una madre preocupado, es importante actuar cuanto antes. A mí me han escrito personas que incluso han pensado en suicidarse por esto, y no lo juzgo, lo comprendo. Hay muchas cosas que se pueden hacer para poder vivir con este problema, pero para mí sin duda lo más importante es fortalecer el poder mental, porque es en la mente donde tenemos el poder para combatir lo que sea, y asimismo, alimentar el alma con mucho amor.

Yo hablo ya de la hiperhidrosis en pasado, porque aunque a veces vuelva inesperadamente a fastidiarme, ya no sufro por ella. Está dentro de mí, pero uno tiene que aprender a dominar sus propios  monstruos para que estén a nuestro servicio, y no al revés. 
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